Siempre existe el dilema de saber si se necesita de alguien para ser completamente feliz. Si es un sentimiento o un capricho de nuestro ego.
Cuando uno integra sus Yoes, el ego deja de tener ascendencia sobre nosotros y entonces damos más importancia a nuestra Elevación espiritual ejerciendo el DAR. Porque el ego, ese gran protagonista, siempre necesita y relega el Don de DAR por el afán de NECESITAR.
Obviamente, al encarnar en el plano físico, dependemos de los amores personales, que son sentimientos buenos si se intercambian con equilibrio. Pero si esos amores son manipulados por los impulsos negativos y las bajas pasiones, van a alimentar desmedidamente el ego y así éste tomaría el control de nuestras emociones... y así vamos a sentir que somos seres incompletos si no tenemos otra compañía. Eso trae aparejado dependencias anormales, al punto tal de bajar del todo nuestra autoestima si la otra persona no nos necesita de la misma manera.
Es un trabajo interno muy grande el que se precisa para cortar con esos lazos nefastos y darnos cuenta que solo seremos importantes para el otro cuando primero lo seamos para nosotros mismos. Y la única manera de ser importantes para nosotros mismos es darnos el valor que en verdad tenemos: no depender de la aprobación de los demás, tampoco del afecto de los otros... nuestro valor como seres humanos no puede ser dado por juicios externos, sino por nuestra propia conciencia. Y una vez que tengamos en cuenta que en verdad somos valiosos, paradójicamente no le daremos ningún valor a ello, pues pensaremos que el importante es el otro... y reemplazaremos el NECESITAR por el DAR... y por añadidura recibiremos.
www.grupoelron.org
Es un trabajo interno muy grande el que se precisa para cortar con esos lazos nefastos y darnos cuenta que solo seremos importantes para el otro cuando primero lo seamos para nosotros mismos. Y la única manera de ser importantes para nosotros mismos es darnos el valor que en verdad tenemos: no depender de la aprobación de los demás, tampoco del afecto de los otros... nuestro valor como seres humanos no puede ser dado por juicios externos, sino por nuestra propia conciencia. Y una vez que tengamos en cuenta que en verdad somos valiosos, paradójicamente no le daremos ningún valor a ello, pues pensaremos que el importante es el otro... y reemplazaremos el NECESITAR por el DAR... y por añadidura recibiremos.
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