domingo, 9 de marzo de 2014

Las reglas del plano físico. Parte III y IV

Tercera parte:

Comportamiento normal

"Nunca llega a ser coronado por la inmortalidad aquel que teme ir adonde le conducen voces desconocidas" - John Keats (1795-1821) Poeta inglés.

La tercera regla de la felicidad en el plano físico enuncia: "Déjate fluir sin prejuicios de que te tilden de anormal".
Muchos preguntan:  ¿Qué es un comportamiento normal en el plano físico? ¿Qué tipo de conducta entra dentro de los patrones llamados normales?  El tema tendría más de una respuesta y, a su vez, cada una de ellas podría generar algunas polémicas.
El comportamiento normal es apenas una cuestión de consenso. O sea, si mucha gente piensa que una cosa está bien o es correcta, entonces esa cosa pasa a estar bien y ser correcta.
Otros desean saber si hay ejemplos contundentes al respecto y les respondo que sí... los hay.
¿Ustedes ya se preguntaron por qué las letras de un teclado de máquina de escribir están colocadas en ese orden?
Muy pocos lo saben.
Ese teclado, con el cual ahora estamos tan familiarizados, tiene un nombre poco común: QWERTY, pues son las seis primeras letras de la fila de arriba. Y aunque las máquinas de escribir ya no se usan tanto como hace medio siglo atrás, esa misma disposición la tiene el teclado de la computadora personal u ordenador.
Cuando de pequeño comencé a estudiar dactilografía me cuestionaba el orden extraño de las letras y con el tiempo encontré la respuesta: la primera máquina de escribir fue inventada por Christopher Scholes en 1873, con el fin de mejorar la caligrafía de las personas. Pero presentaba un problema: si el dactilógrafo tecleaba con mucha velocidad, los tipos se entrechocaban y trababan la máquina. Entonces Scholes diseñó el teclado QWERTY, que obligaba a los usuarios a escribir con mayor lentitud. O sea, para escribir mejor, el teclado fue diseñado para que se digitase más lentamente.
Hoy, a años de distancia, sabemos que hay dactilógrafas que escriben a una velocidad pasmosa. ¿Qué pasaría si le intentaran cambiar el orden de las letras, acomodándolas por Abecedario?
No sería normal... ¿No?  Pero... ¿Normal para quién?  ¿Para aquellos que aceptaron el teclado QWERTY y dieron por sentado que fue diseñado con sentido común?
El ejemplo del teclado lo podemos trasladar a muchos órdenes en la vida, donde la gente, por consenso, acepta que tal cosa es normal. Y lo mismo pasa con las conductas... aquella persona que tiene avidez por lo lírico espiritual puede ser evaluada como fuera de los patrones normales. Pero no saben que cada ser humano es único, con sus propias cualidades, instintos, formas de placer, etc. Sucede que la sociedad termina imponiendo una manera colectiva de actuar y las personas no se detienen a preguntarse por qué es necesario que se comporten así. Se limitan a aceptarlo, como los dactilógrafos aceptaron el hecho de que el QWERTY era el mejor teclado posible.
El problema es que hay seres que tiene el valor de ser diferentes y se dan cuenta que conviven con personas "dormidas"... y eso los hace sentir solos.
Ya se preguntaba Ouspensky: ¿Por qué no todos las personas pueden desarrollarse y tornarse seres diferentes?  La respuesta es muy simple: porque no lo desean.
Preguntémonos ahora qué significa un ser diferente.  Es aquella persona que adquiere cualidades nuevas y dones que antes no poseía. Es aquel ser que se atreve a salir del comportamiento llamado normal, porque sabe que el ser humano normal es como una máquina puesta en movimiento por influencias exteriores (la sociedad) e interiores (los Yoes).
El ser humano debe saber que él no es uno, sino que es muchos. Cambia continuamente. En un momento es una persona y al siguiente, es otra. Poco después, una tercera y así sucesivamente. Cada idea, cada deseo es un "yo".  Esos yoes no están ligados entre sí y no representan más que una ínfima parte de las funciones de la persona, pero cada uno de ellos cree representar el todo.
Un ser diferente, lejos de lo que la sociedad llama "comportamiento normal", es aquel que no es manipulado por sus yoes, es aquel que tiene avidez por crecer espiritualmente gozando a la vez el mundo material. La mayoría de los seres humanos no han despertado del sueño, pero no lo saben. Y viven dormidos, manejan dormidos, comen dormidos, hacen el amor dormidos, alejados de la verdadera realidad. Al atreverse a cambiar, pueden salir de ese sueño y el estadío de despiertos es el paso previo a la Iluminación, donde ocurre la Comprensión del Todo. Pero sepan que solo a partir del momento en que el ser humano se da cuenta de que está dormido, es cuando se puede decir de él que está en camino de despertar. Jamás podrá despertarse antes de haberse dado cuenta de que está dormido.
Y si logra despertarse y realizar el cambio, el ser humano deja de ser una máquina para transformarse en un ser trascendente.
Las reglas del plano físico

Nota del Dr. Jorge Olguín.

 

IV parte:

Las formas del respeto

La cuarta regla de la felicidad dice:  "Nunca dejes de acusar recibo".  En este caso no solo sería un goce que sentirías, sino una felicidad que transmitirías.
El Amor impersonal se basa en el Servicio, de la misma manera que el Amor personal se basa en el respeto. Con respecto a este último no son muchos los que saben aplicarlo. Una de las definiciones de respeto es "Sentimiento que lleva a reconocer los derechos, la dignidad y el decoro de una persona, absteniéndose de ofenderla". Pero el respeto también se basa en el equilibrio, porque otra definición dice: "Miramiento excesivo y temeroso de la opinión de los demás que impide actuar según las propias convicciones", y allí se daría una situación contradictoria, porque se perdería el respeto por la propia opinión e impediría tratar de enmendar los errores del otro. Entonces, valga la apostilla: respeto sin equilibrio es un respeto parcial... y no es válido.
Veamos el respeto desde el punto de vista espiritual: El mismo tiene que ver con la empatía y esta también incluye una respuesta emocional orientada hacia la otra persona, de acuerdo con la percepción y valoración del bienestar de ésta. Esto nos lleva a deducir que la empatía es una habilidad de carácter subjetivo, ya que es dependiente del individuo que la manifieste. Pero deseo aclarar que la falta de empatía no indica necesariamente falta de respeto. A veces no se siente empatía por alguien, pero el decoro nos obliga a respetar a dicha persona.
Y desde lo espiritual, la falta de respeto no es solamente ofender, calumniar, injuriar o agredir, sino no tener en cuenta al otro, ignorarlo, dejarlo de lado... ¡Cuántas personas, enfrascadas en sus problemas, no advierten las necesidades de quien está a su lado!  Y, como se dijo antes, no solamente hay actitudes de determinada persona que los otros no pueden experimentar con facilidad y eso las pone mal, sino la falta de ellas también pueden afectar a quien espera un acuse de recibo. ¿Cuanta gente espera una explicación que nunca llega? ¿O una palabra de aliento que queda a flor de labios? ¿O un sí, o un no... para saber a qué atenerse?
Entonces, el acuse de recibo es una de las principales muestras de respeto hacia el otro. Nuestro amigo, nuestra pareja, nuestro conocido, etc. siempre espera una respuesta, ya sea de una propuesta, comercial o amorosa, o de una pregunta sobre determinado tema, o de una duda que carcome nuestros sentidos... el acuse de recibo descomprime esa tensión y sepan aquellos que evitan dar una respuesta negativa para no lastimar al otro, que el NO es más fácil de digerir que el SI, porque la incertidumbre corroe el espíritu. En cambio, ante un NO la persona sabe a qué circunstancias acogerse. Si se adecua o no a la nueva situación ya no es responsabilidad de quién acusó recibo.
No dar acuse de recibo es una grave falta de respeto, aunque no siempre se omite adrede. Sucede que la mayoría de las personas no fue enseñada a acusar recibo y dan por sentado que el otro sabe o supone nuestra respuesta... y no es así.  Es importante tomar conciencia de que teniendo en cuenta al otro, el acuse de recibo saldrá naturalmente.
El respeto tiene muchas formas de aplicarse y limitar el mismo a abstenerse de ofender a alguien es empobrecer el concepto.

domingo, 2 de marzo de 2014

Las reglas del plano físico. Parte II

Segunda regla del plano físico. Nota del Dr. Jorge Olguín.

Como dijo mi colaborador: La primera regla de la felicidad dice “Sé capaz de experimentar cualquier cosa”  y la segunda enuncia:  "Causa a los demás solamente aquello que puedan experimentar con facilidad" (todo lo que haces a los demás que no puedan experimentar con facilidad es un acto hostil que se vuelve en contra de uno y se graba como carga negativa a nivel celular).  Yo agregaría dos reglas más: "Déjate fluir sin prejuicios de que te tilden de anormal" y "Nunca dejes de acusar recibo".
Analicemos ahora la segunda regla: Muchas personas, envueltas en el torbellino de su propio ego, no se dan cuenta que a veces hieren a gente de su entorno con distintas actitudes o falta de ellas. No lo hacen premeditadamente, sino porque no aplican la segunda regla de la felicidad y sin querer, a veces hacen pasar a esas personas por situaciones difíciles de manejar, ya sea por no ponerse "en lugar del otro" y creer que él va a asimilar todo lo que le generemos. Tengan en cuenta esto: Un acto hostil no se limita solo a una agresión verbal o de hecho, eso sería lo más básico. Un acto hostil también comprende el no respetar al otro, ya sea no acusando recibo de sus palabras o no teniéndolo en cuenta (esto lo desarrollo en forma más extensa en la cuarta parte: Las formas del respeto).
Hay personas que causan en los demás cosas que no pueden experimentar con facilidad, porque están envueltas en sus propios problemas y no ven más allá de sí mismas. Otras, en cambio, lo hacen inconscientemente porque no aprendieron qué importante es para el otro el ser tenido en cuenta.  Hacer caso omiso de esa persona también es un generador de actos hostiles.
Y reitero algo que dije recién porque es importante recalcarlo: No solamente hay actitudes de determinada persona que los otros no pueden experimentar con facilidad y eso las pone mal, sino la falta de ellas también pueden afectar a quien espera un acuse de recibo. ¿Cuanta gente espera una explicación que nunca llega? ¿O una palabra de aliento que queda a flor de labios? ¿O un sí, o un no... para saber a qué atenerese? Entonces, a veces la falta de actitud también genera actos hostiles hacia la otra persona.
Pero como el Universo es un espejo, esos actos hostiles se vuelven en contra de la persona: por un lado se graban como carga negativa a nivel celular en la mente reactiva automática y lo hacen en forma de engramas. Por el otro, penetran como carga hostil en la mente reactiva impulsiva, alimentando el ego en forma de complejo de culpa inconsciente.
Entonces, si causas a los demás solamente aquello que puedan experimentar con facilidad, les generarás placer a sus vidas... con la consiguiente felicidad para tí.