viernes, 31 de octubre de 2014

Timidez.



La timidez puede deberse a varias causas, entre ellas por la restimulación de algún engrama (trastorno psicogénico), alguno de los yoes que toma el mando (mente no integrada), o también directamente genético, es decir, decidido por uno mismo, como espíritu, antes de encarnar.

(Conversación entre el Prof. Jorge Olguín y una persona que se autodenomina tímida).


''Me arriesgaría a decir que tu caso es este último, o sea porque así lo decidiste antes en encarnar, como dificultad a superar.

Lo que ocurre es que el espíritu encarna para evolucionar y sabe positivamente que si encarna con todo a favor, lo más probable es que termine muy mal y baje de nivel. Esta probabilidad se debe a que el plano físico es un enorme pozo gravitatorio que arrastra hacia el abismo. Por eso se dice vulgarmente que "al Cielo se entra por la violencia", es decir haciendo fuerza para elevarnos, ya que para ir hacia abajo es fácil.

¿Qué hace entonces el espíritu para que esto no suceda? Pues decide ponerse frenos. Un caso extremo es el del astrofísico Stephen Hawking, que encarnó con la misión de desarrollar la Teoría del Big Bang, y entonces decidió encarnar -sabiendo que por su ADN podía ser parapléjico- para concentrar toda su mente exclusivamente en esa teoría.

Es obvio que si hubiera nacido alto, buen mozo, con salud, etc., lo más probable es que decidiría gozar de la vida y dejar para la próxima encarnación ese propósito.

Quizás te sirva el hecho de saber que yo también era muy introvertido, con una tremenda timidez que el solo hecho de pensar que tenía que ir al kiosco a comprar un lápiz ya me trastornaba.

Ahora bien, ¿por qué decidí nacer con esa timidez? Bueno, en una de mis encarnaciones anteriores fui el emperador Nerón, que todos sabemos que era un libertino. ¿Qué hubiera sucedido si yo mismo no me hubiera puesto el freno de la timidez? Bueno, desde ya te digo que tú no estarías leyendo esta respuesta. Por supuesto que esa timidez ya la superé completamente, porque lo genético inclina pero no obliga.

Te puede ayudar mucho si lees nuestro material titulado Psicointegración, que es la técnica para integrar los yoes, de modo que sea siempre uno es que esté al mando y no ellos''.



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martes, 28 de octubre de 2014

La elevación espiritual.

LA ELEVACIÓN ESPIRITUAL
por Jorge Raúl Olguín
 




Para elevarse espiritualmente no es suficiente con tener pensamientos puros. No basta con meditar horas y horas, ni alcanza con pensar que estamos cerca de Dios. Esto sería elegir el camino más fácil, el más simple.

Tampoco nos elevamos espiritualmente pasando al otro extremo, o sea, buscando una relación material donde canalizar nuestro amor, o lo que creemos que es amor.

En ambos casos estaríamos siendo egoístas porque, si nos ponemos a meditar aislados de todo, no le servimos a nadie, ni siquiera a nosotros mismos. Y si buscamos a alguien a quien necesitar, tampoco somos útiles, porque amar es dar y no pedir.

Solo te puedes elevar espiritualmente si canalizas el verdadero amor.

¿Cómo reconoces ese amor tan puro? Viendo a Dios en tu semejante, pero viéndolo dentro de la persona. No será una tarea sencilla, pues todos estamos condicionados a ver la fachada de la persona y la aceptamos o la rechazamos de acuerdo con la primera impresión. No vamos a ver su espíritu, no vamos a sentir su energía, no vamos a escuchar sus pensamientos, no vamos a valorar su amor impersonal. No... solo vamos a ver su exterior y vamos a juzgar a la persona según ese exterior.

Y te equivocarás... y cometerás el error de buscar la afinidad en un rostro, en unos ojos(que tal vez no reflejen ningún alma). Y quizás te encandiles por un cuerpo joven, y creas que esa vibración es la que te hará crecer. Y después notarás que estás igual, o peor.

Tal vez tu ser no esté preparado todavía para ver a Dios en ese otro ser semejante a ti. Tal vez dejes pasar la oportunidad de crecer espiritualmente, mezclándote con la energía de esa persona.

Como alguien dijo una vez: todos tenemos un camino sembrado de colores en nuestro destino, colores que son pintados por un amor impersonal. Pero, a veces estamos encandilados por un falso sol y no alcanzamos a ver esos colores. Y no ascendemos... y no nos elevamos espiritualmente al no canalizar la esencia divina de ese alma afín. Y nos transformamos en uno más del montón, donde solo sobresale lo material, donde triunfa el dolor, el fracaso, la mentira...Donde llegamos a confundir vivir con sobrevivir...y nos metamorfoseamos en conformistas... y nos aletargamos... y nos acostumbramos a las cosas comunes. Y un día, quizás nos llegamos a olvidar que tuvimos una inquietud, que quisimos algo.

¿Qué era? No sé, algo que pensamos que nos pondría mal (porque siempre se tiene miedo a crecer), algo que no nos atrevimos a experimentar (porque es más fácil entregarse a la materia que al espíritu). Y el tiempo pasa... y nos transformamos en un punto... rodeado de millones de puntos... y miraremos el cielo... y una angustia se apoderará de nuestra alma... y no sabremos por qué... y buscaremos por fin ese abrazo... Y será voluntad de Dios el que todavía estemos a tiempo.


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miércoles, 1 de octubre de 2014

Autoayuda y el perdón.

El libro "Un curso de milagros" no pasa de ser uno de los tantos libros simplistas de "autoayuda" que andan rondando por allí, sin ningún asidero científico, con errores −o directamente disparates− tremendos, y que en definitiva no pasa de meras expresiones de deseos de remoto cumplimiento en la práctica.

Cuando un libro confunde a la iluminada figura del Maestro Jesús, actual Logos Solar (5º plano espiritual), con el Cristo, actual Logos dimensional, que es una Energía divina del 7º nivel espiritual, ese libro falla por la base, porque se trata de un error elemental y demuestra que el autor es un ignorante. ¡y peligroso!
La autora es psicóloga, y para colmo profesora de Psicología de una universidad como la de Columbia en Nueva York. Esto significa que desconoce totalmente los descubrimientos de L. .Ronald Hubbard plasmados en la anterior técnica, y por lo tanto también desconoce la existencia de la segunda mente del hombre, la mente reactiva y sus engramas.

El desconocimiento de la mente reactiva contribuye a que los psicólogos atribuyan todos los trastornos mentales a la mente analítica, ya que no conocen otra. La mente analítica no es responsable en absoluto de los trastornos.

La base del curso es el perdón. El perdón no es más que la consecuencia de la soberbia. Por lo tanto, fomentar el perdón es fomentar la soberbia. ¿Y qué más nocivo que esto puede enseñarse?

Para que puedas comprender bien lo que acabo de explicarte, te transcribo dos definiciones de nuestro Diccionario Técnico de Psicointegración (si no lo tienes te lo envío gratuitamente).



PERDÓN. Dic. Acad. Acción de perdonar, es decir, de remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa el perjudicado por ello. ║ Remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente. ║ Gr Elron. Acto de soberbia, proveniente del Ego, por el cual el individuo que considera haber sido ofendido, en un gesto ostentosamente magnánimo, absuelve al supuesto ofensor. El perdón implica ofensa, es decir que para que alguien pueda perdonar, primero tiene que haber sido ofendido, pero como nadie tiene el poder para ofender a nadie a menos que uno le haya dado ese poder, resulta que, paradójicamente, el perdón nunca debería recaer sobre la persona que supuestamente nos ofende sino, en todo caso, sobre uno mismo, por haberle dado tan neciamente cabida a la ofensa. Cada uno crea sus propios estados de ánimo, o, expresado de otra manera, "los hombres no se perturban por causa de las cosas, sino por la interpretación que de ellas hacen" (Epícteto). El ofensor, por lo tanto, siempre es uno mismo: te ofenden porque te ofendes. De ahí que cuando alguien perdona una ofensa, lo único que está haciendo, en realidad, es desligarse de la responsabilidad que le cabe por ser su propio ofensor para trasladarla a otro.

Poder ficticio de las palabras. Gr Elron. Autoridad inventada que le damos a determinadas palabras para alterar nuestro ánimo. Es una autoridad inventada porque las palabras no tienen más potestad sobre nosotros que la que nosotros mismos decidimos otorgarle. Para probar que no la tienen basta gritarle a un pequeñísimo granito de arena "¡muévete!" y veremos que no se desplazará ni siquiera una millonésima del pelo de un cabello. Ninguna palabra tiene poder para ofender a nadie, a menos que uno mismo le haya dado ese poder. Y si le hemos dado poder a determinadas palabras para que quien las pronuncie nos ofenda, la única alternativa que nos queda es retirarles el poder que nosotros mismos les hemos dado. ¿Puede haber algo más paradójico que darle poder a determinadas palabras para ofendernos y luego echarle la culpa a quien las pronuncia?



Si llegas a comprender bien estas dos definiciones, tú misma ya te darás cuenta de las falencias del libro.

Con respecto a que haya sido Jesús el que lo haya dictado, aunque sea verdad no modifica los hechos, porque la validez de los mensajes de los Maestros de Luz depende del canalizador y no del mensajero.

Si el canalizador tergiversa la comunicación debido a sus preconceptos, el mensaje resulta inválido por culpa exclusiva de éste.

El libro denominado "Conversaciones con Dios", por ejemplo, fue dictado realmente por el Absoluto a Neale Walsch a través de la "escritura automática", pero a pesar de la altísima fuente, el canalizador igualmente tergiversó los mensajes, mezclando grandes verdades con grandes disparates, lo cual torna a su lectura en un riesgo mayúsculo.

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