Nota realizada por el Prof. Jorge Olguín.
Ya había dicho que el ego es el fruto de la mente reactiva, pero también comenté que éste queda agazapado como un enemigo oculto, aún cuando la persona está analítica.
Sabemos que el rol de los engramas, otro de los frutos de la mente reactiva, es hacer de la persona que los posee, un ser totalmente autómata, incapaz de analizar algo, puesto
que el impulso instintivo lleva el timón.
También dije que cuando los engramas son clarificados y la persona está limpia de ellos, acecha otro enemigo que no permite al espíritu elevarse: el protagonismo.
El profesor Carlos Azagra define al Ego de esta manera:
"El Ego es un elemento hábil, sagaz, rebuscado, muy inteligente, experto en el arte de las representaciones, en el teatro de la convivencia humana.
Es el mejor "actor" creado por la evolución.
Posee una imaginación frondosa y puede interpretar el rol del ser más desdichado de la Tierra con la misma firmeza y convicción con que minutos más tarde representará al más feliz"
El protagonismo es la cara externa del ego, que busca subsistir a toda costa, creando mecanismos de defensa:
1) Se apega a los roles, pero no a las ideas. De esa manera, no se aferra a los afectos. Pero, por otro lado, hace que la persona sufra de trastornos obsesivos.
2) Los conflictos producidos por los engramas, como la ansiedad, los condicionamientos, la baja estima y los impulsos que son reprimidos, el ego los transforma en síntomas somáticos que afectan el sistema nervioso. Esta es otra de las facetas del rol de víctima.
3) Desplaza las emociones originales para no debilitarse y las transfiere de la persona original a otro sustituto más aceptable. Este comportamiento, la psicología freudiana lo toma como fobia.
4) A veces, la mente reactiva, obliga al sujeto a adoptar actitudes concretas, ideas y afectos opuestos a los que tiene.
5) El ego logra que la persona se identifique con sujetos como si fueran un espejo, adoptando patrones individuales que imitan a los de otro individuo admirado.
6) Lo que la persona rechaza en uno mismo, lo que no termina de aceptar en su propio ser, lo rechaza inconscientemente y lo atribuye a otros seres de su entorno.
La psicología freudiana lo denomina Proyección y explica así que los propios anhelos, deseos o temores, son desplazados hacia otras personas.
7) Otro de los mecanismos de defensa hace que las personas a las que el sujeto ama, odia o teme, sean
incorporadas simbólicamente dentro del ego y así éste asume el rol de esas personas.
Es lo opuesto de la Proyección.
8) La persona se niega a reconocer factores que pueden llegar a perturbarla.
9) La persona justifica conductas que censuraría en otros.
10) A veces el sujeto retorna a patrones más infantiles de pensamiento para evadir simbólicamente un entorno hostil.
11) Toda crítica la puede tomar como agresión y modifica su conducta de modo que hasta puede alterarse de forma considerable.
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